Lo único constante hoy, es el cambio acelerado y disruptivo. Es algo inevitable que las organizaciones deben asumir con agilidad para poder sobrevivir y ser competitivas. Adaptarse a este ritmo y a la necesidad que hoy exige el mundo globalizado es sin duda un reto que día a día enfrentan las organizaciones.
Preparar a la fuerza laboral para hacer suyos los avances tecnológicos en poco tiempo y aceptar que las funciones y los trabajos que acostumbrábamos hacer ya no se hacen de la misma manera forma parte de la coyuntura que vivimos actualmente.
Hoy estamos empezando a entender el enfoque crítico que implica el enfrentarnos a un futuro incierto y desafiante, y la necesidad de crear estrategias de capital humano alineadas a este cambio que han bautizado como la Revolución 4.0
Se requiere trabajar a nivel cultural para llevar a las organizaciones al punto en el que puedan adaptarse fácilmente a la prueba y error, así como a incorporar la capacidad de ser ágiles, flexibles, innovadoras, justas y colaborativas. Para ello, es indispensable contar con líderes que se sumen a las nuevas tendencias, capaces disolver las jerarquías y de fortalecer las decisiones tomadas en equipo para que todos puedan formar parte de la ecuación que potencialice los mejores resultados de negocio.
En Great Place to Work® vemos tres pilares básicos que llevan a las organizaciones a crear culturas que generan excelentes resultados de negocios bajo un esquema sustentable en ambientes de alta confianza con equipos de alto rendimiento.
Justicia. Es claro que todos buscamos un trato justo, respetuoso y equitativo para todos. Es importante que entendamos que las nuevas generaciones ven este tema con gran relevancia ya que no aceptan la injusticia de ninguna forma, considerándolo incluso como una de las principales razones por las cuales dejan las organizaciones.
Desarrollo. Representa tener planes de carrera muy claros y alcanzables, así como políticas transparentes y flexibles para ofrecer de una manera ágil opciones para que los colaboradores se integren a proyectos de interés y no tengan un trabajo estático. Entre otras cosas, desarrollar organigramas flexibles que atiendan a las nuevas expectativas laborales.
Propósito. Significa inspirar a las personas para encontrar trascendencia en sus labores y puedan ser parte de algo más que un trabajo. Independientemente del rol o función de la persona es importante que sepa y sienta que lo que hace contribuye al objetivo de toda la organización y aporta valor social. Es maravilloso ser testigo del compromiso de las personas hacia su trabajo y hacia su organización cuando su misión se orienta a crear un mundo mejor. Esto promueve a que deseen permanecer en ellas por más tiempo.
Sin duda la gran revolución que vivimos y seguiremos viviendo nos llevará a un mundo mejor en temas de eficiencia en muchos sentidos. Es inminente que las organizaciones cuenten con una estrategia cultural muy clara que se construya sobre estos principios básicos que aportarán al éxito sustentable transitando la realidad de los cambios continuos.
Hoy no es opcional trabajar sobre la cultura planeada años atrás. Replantearnos y reinventarnos como organizaciones es una de las más altas prioridades estratégicas en el mercado, pues aporta a las organizaciones beneficios reales para enfrentar las adversidades que definen un mundo lleno de nuevos e interesantes retos.
Michelle Ferrari, CEO en GPTW México